viernes, 24 de septiembre de 2010

Juana Calfunao Paillalef


Elevamos la voz por encima de la lluvia,
En defensa de Juana Calfunao Paillalef.

Venimos al núcleo de truenos y relámpagos,
Con el nombre de Juana Calfunao Paillalef.

Por los bordes filudos de las hojas selváticas,
Izamos la ternura de Juana Calfunao Paillalef.

Por la claridad cantarina de las fuentes ocultas,
Coreamos el aura de Juana Calfunao Paillalef.

Por la araucaria perenne, los coigües, los canelos,
Escribimos la aurora de Juana Calfunao Paillalef.

En los círculos nocturnos de bandurrias y lechuzas,
Encendemos la noche de Juana Calfunao Paillalef.

Por las huellas del puma fugitivo y su ágil sombra,
Estampamos el espíritu de Juana Calfunao Paillalef.

Entre las llamaradas del copihue selvático y fogoso,
Cantamos por la fuerza de Juana Calfunao Paillalef.

Por todo lo que batalla, lo que agravia y se eterniza,
La expresión que nos une es Juana Calfunao Paillalef.

10 de octubre de 2005.
                                                       

                                                    (Julio Campos Avila)

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