viernes, 24 de septiembre de 2010

Mi indio amado


¿Seré en verdad tu luciérnaga fosforescente?
¿El dulce resquicio de tu rutina o el
hilo del que pende tu eternidad?
!Oh! mi príncipe de relatos,
tu presencia la palpo cada fin de jornada
llegas solo, guardando experiencias
en ese humilde morral
que sostienen tus hombros.

Un tesoro llevas contigo
a donde tu eternidad te exige.
Miras por el espacio de una puerta envejecida
y ves de lejos lo que soy.

Escucho tu voz de poeta
en el chirotear
de todas esas bocas en movimiento.
Tu mirada felina traspasa
al final de mis sentimientos
y mis carnes tiernas sirven de alimento
a tus sedientos abriles,
desean arrancarme la boca
inocularme tu raíz de provincia.

Ser India como tú Indio
de las alturas
de las montañas,
de cerros rojos
de tus 44 besos aventados
al viento de tus 15,
de volver a tu casita y tus querencias
que bajo el fuego se calientan
tomando un emoliente casero.

Seguro, con tu manto me abrigas
para que no huya a la ciudad
y me enredo en tus cabellos negros
largos y tranquilos, donde el sol
es generoso al darle su brillo.

Revuelvo con mis manos
esa mecha encendida
y en tus harapos tejidos
de atardecer en mis ojos,
se condense el calor de la tarde
sonrojando tus mejillas.
Sombra perfecta
detrás, una bola de fuego.

Me llamas estrella,
y la estrella eres tú
todo un cometa.

Mi provinciano.
Mi indio pensante
Mi indio amado
Mi indio que no entiende la soberbia
Mi indio de soledad, de silencio.
Mi indio no desborda su boca
como algo fluvial.
Mi indio duro cuando quiere
amante cuando ama
Mi indio retoño de primavera
Mi indio atardecer de verano
Mi indio, cuento tus pétalos al borde
de mis dedos
Mi indio de miel y tanta.


                                             (Silvia Vidalón )


    
                                            http://www.silviavidalon.com
                                              
                                            
                                            

No hay comentarios:

Publicar un comentario