sábado, 25 de septiembre de 2010

Clamo al cielo y Ay hermano hermano ( 2 poemas x Fesal Chain )

Clamo al cielo

Clamo al cielo
que desangrado
se amamanta de los hijos
huyendo de su destino,
clamo al cielo
y me desentono
me escondo
me arrastro sobre mis pasos
soy Edipo sacándome los ojos
con los broches del vestido de Yocasta.

Escucho a los hombres
en el foro
dándose de palmaditas
en la espalda
celebrando sus miserias
coreando sus alabanzas.

Y yo
clamo al cielo
que desangrado
se amamanta de los hijos
huyendo de su destino
soy Edipo sacándome los ojos
con los broches
del vestido de Yocasta.

Y ciego
sin aquellos ojos
del que no ha visto nunca
desde mis cuencas siderales
miro en la profundidad
de las Tierras del Norte
el fuego, la tristeza
los hombres armados
hasta los dientes,
que vienen a matar
a mis hijos
a socavar
el surco
y la gramíneas
a violar mujeres
y despedazar
los pechos
de la juventud temprana.

Y detrás
de los malditos ejércitos
malditos
de la invasión en muchedumbre,
veo conversar festivamente
a los hombres del foro
a los mediocres hombres
de la polis
con togas y perfumes
dándose de palmaditas
en la espalda
celebrando sus miserias
coreando sus alabanzas.

Y yo
clamo al cielo
que desangrado
se amamanta de los hijos
huyendo de su destino
clamo al cielo y me desentono
me escondo
me arrastro sobre mis pasos
esperando
el viento bueno del sur.



Ay hermano hermano

Ay hermano hermano de la tierra, necesito escribir el poema mayor
de tu epopeya, la enorme magnitud de tu martirio y de tu lucha,
y sin embargo en esta noche, en esta enorme noche, en esta ciega noche
de golpes sin sonidos, y temporales sordos estoy anestesiado,
ya no hay aire en mi escondrijo, porque no sé de tus dolores,
ni cómo y cuándo tu musculatura se retuerce, o si tus ojos milenarios
se han hundido, o si tu lengua sin el trompe se ha secado,
como un hilo de charqui tras la traquea y la faringe, no lo sé,
no puedo saberlo en este instante, estoy solo y caigo como agua sin su sangre,
y angustio mi cuerpo en la pieza de madera sin retorno,
girando sobre un espiral desesperado, por tu grito amasijo y desamparo,
y no sé cómo acompañarte, hermano ay hermano en tu foresta,
y nadie sabe exactamente cómo, y carecemos de instrumentos,
no tenemos instrumentos, no reunimos materiales,
y ya no sirven las palabras, y si inventáramos el lenguaje total de la existencia,
el más exacto y más terrible, para cambiar la vida que se pudre,
nos faltarían sílabas y versos, nos faltarían estrofas y sintagmas,
nos faltarían paradigmas y papeles, y ni todas las piedras ni paredes,
ni todos los asfaltos y columnas bastarían,
para trocar el dolor del nervio y la miseria,
y sin embargo es mi escritura lo único que tengo,
es la tira de cuero, que hago silbar para lanzar la piedra, es la flecha
y la cabalgadura y sus espumas, es el grito y el ropaje que me cubre de la lluvia,
pero sé que no bastan mis palabras, no bastan mis palabras,
no bastan mis palabras, en este tiempo de feroces animales
que se comen a la madre, tiempo negro en que todo se hace inmenso,
superior a nuestras insignificantes voluntades, a nuestros actos inservibles,
porque toda la vida se hace nada, porque toda la vida se hace nada,
toda la asquerosa vida que tenemos se hará nada si tú, ay hermano hermano,
mueres de soledades y de hambre.
--
Fesal Chain
Poeta, narrador y sociólogo

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